La búsqueda de la juventud eterna es un tema que ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Para las mujeres, esta lucha contra el envejecimiento comienza a una edad temprana, cuando la sociedad impone estándares de belleza que asocian la juventud con la belleza. Desde los primeros pasos en el cuidado de la piel hasta los tratamientos más avanzados, las mujeres emprenden un largo viaje lleno de decisiones estéticas para frenar los signos de la edad.
La primera vez que usé una crema hidratante tenía dieciocho años. A los veinte descubrí los tónicos y a los veinticinco, empecé con el contorno de ojos. Este proceso es el reflejo de cómo muchas mujeres se enfrentan a las primeras señales de envejecimiento, por más pequeñas que sean. La sociedad, con sus estándares de belleza, nos enseña desde muy jóvenes que la juventud es sinónimo de belleza. Sin embargo, el tiempo avanza, y con él, las arrugas, las líneas de expresión y la pérdida de volumen en el rostro. Esta batalla contra el envejecimiento es una que inicia temprano y nunca termina, pero afortunadamente, el mercado de la belleza ofrece una variedad de tratamientos para intentar desafiar al paso del tiempo.
Tratamientos Preventivos: El Baby Bótox y el Peeling
La dermatóloga clínica y estética, Melanie Macpherson, explica que las mujeres entre los veinte y treinta años son las que más buscan tratamientos preventivos como el baby bótox y el peeling. Estos procedimientos no invasivos buscan retrasar la aparición de arrugas y líneas de expresión, manteniendo la piel joven y saludable por más tiempo.
El baby bótox es una variante más suave del tradicional bótox. En lugar de paralizar completamente los músculos faciales, se inyecta una menor cantidad de toxina botulínica, lo que tiene un efecto preventivo. Este tratamiento se enfoca en evitar la formación de líneas de expresión sin perder la naturalidad de la cara. El peeling, por otro lado, es un tratamiento de exfoliación profunda que estimula la renovación celular, dejándonos con una piel más luminosa, homogénea y firme.
La Evolución de los Tratamientos a Medida que Aumenta la Edad
A medida que las mujeres alcanzan los cuarenta o cincuenta años, los tratamientos estéticos tienden a volverse más radicales. En este rango de edad, comienzan a notarse de manera más evidente los efectos del envejecimiento, como la pérdida de volumen en el rostro, la flacidez de la piel, la aparición de las líneas de marioneta y la papada. La especialista Ursula Rivas destaca que es común que las mujeres experimenten una disminución en la forma de los pómulos, un proceso natural asociado con la edad.
Para contrarrestar estos cambios, existen múltiples tratamientos no invasivos. Uno de los más populares es la radiofrecuencia Thermage. Este tratamiento utiliza un dispositivo que emite energía electromagnética para calentar la piel y reactivar la producción de colágeno. Una sola sesión puede proporcionar resultados duraderos, mejorando la tersura, luminosidad y el cierre de los poros, con efectos que pueden durar hasta dos años. La Dra. Rivas resalta que este tratamiento es ideal para quienes enfrentan problemas de flacidez y puede aplicarse en varias zonas del cuerpo, como el rostro, cuello, contorno de ojos, escote, abdomen, piernas y brazos.
Otro tratamiento muy solicitado es el uso de ácido hialurónico. En este caso, la técnica de anclaje con ácido hialurónico se inyecta en puntos estratégicos para producir un efecto lifting. Esta técnica, conocida como “MD CODES”, fue creada por el cirujano plástico brasileño Mauricio di Maio y se utiliza para devolver el volumen perdido en el rostro, resultando en una piel más firme y perfilada.
El tratamiento de microagujas también es altamente demandado. Este procedimiento se realiza con un dispositivo llamado Nanopore, que utiliza microagujas para crear más de 900 microcanales en la piel. A través de estos canales, se aplican diferentes principios activos según las necesidades del paciente. La estimulación de colágeno es uno de los principales beneficios de este tratamiento, que también puede realizarse en el escote, abdomen y muslos.
Tratamientos Quirúrgicos: Más Allá de lo No Invasivo
Para aquellas mujeres que buscan una solución más drástica, existen procedimientos quirúrgicos que pueden ofrecer resultados más duraderos y significativos. Maria Teresa Pando, cirujano plástico y miembro de la Sociedad Alemana de Cirugía Plástica, destaca dos procedimientos avanzados: el endolifting con láser y la lipotransferencia.
El endolifting con láser está destinado a las mujeres que sufren de flacidez facial. Esta técnica utiliza una fibra que se inserta debajo de la piel a través de cinco pequeñas incisiones en la línea del cabello. La fibra transporta la luz del láser, lo que provoca una retracción de la piel y un efecto lifting en las mejillas, cuello y frente. Esta misma técnica también se puede aplicar en otras zonas del cuerpo, como los muslos, abdomen y mamas.
Por otro lado, la lipotransferencia es un procedimiento en el que la grasa de una zona del cuerpo se transfiere a otra para restaurar el volumen perdido. Este tratamiento rejuvenece de manera muy natural, ya que utiliza la propia grasa del paciente. Es una opción popular para aquellas que buscan recuperar volumen en áreas como el rostro, los glúteos o las mamas.
Es fundamental realizar estos tratamientos en un entorno estéril y con un profesional certificado, ya que el riesgo de complicaciones aumenta con los procedimientos quirúrgicos. La Dra. Pando enfatiza la importancia de la seguridad y la experiencia de los médicos al realizar estos tratamientos.
El Cuerpo También Necesita Atención
El rostro no es la única área que puede reflejar el paso del tiempo. El cuidado de otras zonas del cuerpo también se ha vuelto esencial. El escote, por ejemplo, es una de las áreas que muchas mujeres intentan rejuvenecer a través de tratamientos específicos.
Uno de los tratamientos más recomendados para el escote es el Láser Fraxel Dual. Este procedimiento ayuda a mejorar la flacidez, atenúa las arrugas y elimina las manchas en el escote. Según la Dra. Rivas, los resultados pueden ser sorprendentes, con una mejora del 60% al 90% en el aspecto de la piel, y los efectos pueden durar hasta tres años.
Otro tratamiento popular para la zona abdominal y otras áreas problemáticas es el CoolSculpting. Esta técnica no invasiva elimina las células adiposas responsables de los “rollitos” al aplicar temperaturas extremadamente bajas. Estas células adiposas no se regeneran, lo que significa que los “rollitos” desaparecen permanentemente después de una o dos sesiones.
Detrás de la Belleza: Motivaciones Psicológicas
Aunque los tratamientos estéticos pueden mejorar nuestra apariencia, es importante abordar el tema de la belleza desde una perspectiva psicológica. Alexandra Bentín, psicóloga clínica, explica que realizar un tratamiento de belleza debe ser una decisión personal y consciente. Si bien es normal querer verse mejor, es crucial distinguir entre el deseo de mejorar y la necesidad de hacerlo para obtener aceptación o mejorar nuestra autoestima.
Las mujeres que se someten a tratamientos por un deseo de validación externa pueden terminar en una búsqueda constante de una belleza que nunca satisface su necesidad interna. Bentín advierte que el valor de una mujer no debe depender de su apariencia física, ya que los atributos físicos son fugaces. La belleza exterior es solo una parte de lo que somos y, a medida que envejecemos, aprendemos a aceptar que el ciclo de la vida implica cambios inevitables en nuestra imagen.
La Belleza Como Decisión Propia
La batalla contra el envejecimiento es una constante que muchas mujeres enfrentan desde una edad temprana. El mercado de la belleza ofrece una amplia gama de tratamientos, desde opciones preventivas hasta procedimientos quirúrgicos, que nos permiten desafiar al paso del tiempo. Sin embargo, es importante recordar que la belleza no debe ser una carga. Los tratamientos estéticos deben ser una decisión consciente y personal, tomada por el deseo de verse bien y sentirse bien consigo misma, no por la presión externa.
En última instancia, el valor de una mujer no está determinado por su apariencia física. Es crucial recordar que la belleza es solo un aspecto de quiénes somos, y que con el tiempo, aprenderemos a valorar nuestras experiencias, nuestra sabiduría y nuestra autenticidad, mucho más que nuestra juventud.